La procesionaria del pino, peligrosa para nuestros animales de compañía

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es una mariposa nocturna que supone una importante plaga en los pinares de toda España. Durante el invierno, en sus estadios de oruga, se alimenta de acículas de pino, defoliando intensamente los árboles y debilitándolos. Al comenzar la primavera es muy frecuente encontrar las características procesiones de Thaumetopoea pityocampa no solo en bosques, sino también en parques y jardines urbanos, porque bajan de los árboles para enterrarse en el suelo y transformarse en crisálidas. El calentamiento global está provocando que cada año se adelante más esta parte del ciclo, empezando a verse orugas de procesionaria ya en el mes de febrero.

Una oruga urticante

Además de resultar perjudicial para las masas forestales, las orugas de este lepidóptero son peligrosas para la salud de humanos y animales. La procesionaria tiene el cuerpo cubierto de pelos o tricomas urticantes que se desprenden con facilidad y son transportados por el aire, pudiendo afectar a vías respiratorias y ojos; en contacto directo con la piel, se producen reacciones más o menos graves (eccemas, picor, inflamación), llegando a provocar anafilaxia en el caso de personas alérgicas.

Para nuestros animales de compañía, el peligro es aún mayor. En el caso de perros y gatos, el contacto suele producirse en la zona del hocico, porque muchos animales se acercan a olisquearlas o lamerlas al sentir curiosidad por las procesiones de orugas. También pueden pisar los restos de algún nido, llevarse pelos urticantes en las patas y lamerse después. La reacción alérgica provoca hinchazón en cara, esófago y estómago, así como ampollas y úlceras en las mucosas, con necrosis de los tejidos, pudiendo provocar asfixia y la muerte del animal.

Es importante conocer el ciclo de la procesionaria, evitar las zonas donde pueda encontrarse, vigilar la presencia de bolsones en las copas de los pinos y, sobre todo, acudir rápidamente al veterinario si se sospecha que el perro o gato ha entrado en contacto con las orugas o con los nidos.

Procesionaria del pino
El ciclo de la procesionaria del pino

A finales de verano, las mariposas realizan sus puestas de huevos en ramilletes de acículas de las copas de los pinos. Las orugas se alimentan de las mismas durante el otoño y el invierno, refugiándose en nidos (bolsones), y se desarrollan pasando por cinco estadios larvarios. A partir del tercer estadio empiezan a crecer los tricomas urticantes y, al finalizar el invierno, las orugas ya completamente desarrolladas bajan de las ramas de los árboles en su característica procesión para enterrarse en el suelo y formar la pupa o crisálida de la que, posteriormente, emergerá la mariposa.

En febrero ya se pueden observar orugas bajando de los árboles, fenómeno cada vez más temprano por el aumento de las temperaturas. En zonas con pinos, es necesario extremar las precauciones, evitando los lugares donde se vean nidos en las copas y, sobre todo, evitando que se acerquen a las procesiones de orugas.

Atención veterinaria
Síntomas y primeros auxilios

En caso de que nuestro animal de compañía entre en contacto con la oruga de la procesionaria o con los restos de algún nido, es fundamental acudir lo más rápido posible al veterinario. Los síntomas que se presentan son:

  • Nerviosismo
  • Picores
  • Salivación excesiva
  • Hinchazón de la lengua y/o labios
  • Fiebre
  • Vómitos

Si se observan estos síntomas, hay que lavar bien la zona afectada (generalmente boca y lengua), con agua templada, cuidando de no frotar la zona para no extender la toxina. Hay que llevar al perro o gato cuanto antes al veterinario.

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Otros datos de interés

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